SIEMPRE LO CONSIGUEN

        Nunca, pero nunca, nunca, entendí la feligresía de los equipos de fútbol.  
        De niños íbamos a ver como se entrenaban corriendo, por lo que llamábamos "la selva virgen", los jugadores del Atlético de Aviación que luego sería el Atleti. Ni siquiera ver a Ben Bareck moviendo las piernas en la fila, aunque el que fuera negro le daba cierto exotismo, me resultaba más interesante que la escapada en si. Aquella era zona prohibida por los padres.
        Cuando me preguntaban de qué equipo era siempre contesté:
--De ninguno. Juego bastante mal.
         Luego, ya mayor:
--Yo de ninguno. ¿Y a ti te pagan mucho los del tuyo?
         Ahora de viejo sigo sin entenderlo. Se es de un equipo como de una Iglesia, de un país, de una profesión. O eso dicen.
         Hubo un tiempo en que ser acérrimo de un equipo "hacia más macho". Luego las mujeres (Eso sí que no lo comprendo, con lo listas que son) también empezaron a "ser" de equipos y se acabó la razón machista.
        Reconozco que hay otras adicciones que me han interesado más. La música, el sexo, el tabaco, la discusión, la religión,la lectura.  Algunas de ellas todavía me duran con intensidad aunque intento controlarlas. ¿Pero ver a unos señores/as corriendo por el campo detrás de una pelota? Ni mijita.
     ¿Ser socio de un equipo o simpatizante?¿Pelear por los valores de unas sociedades anónimas que montan un espectáculo de competitividad pseudo agresiva, tienen increíbles exenciones fiscales y sirven a los intereses de promotores inmobiliarios, partidos políticos y otros inconfesables? A mí que me registren.
     Y nada tengo contra esos muchachos/as que juegan de verdad con verdadera pasión. Como deporte no me parece mal. Si se divierten...
       Yo, con Baudelaire, amo las nubes, las nubes que pasan por el cielo, las maravillosas nubes.