martes, 1 de abril de 2014

DESDE DENIA

      Desde este exilio dorado que es Dénia me resulta complicado escribir páginas del blog. 
       No consigo escribir desde casa. No tengo wifi y el pincho que me proporcionó Jasstel no me funciona. No sé si porque no funciona, porque el ordenador desde el que escribo esta estropeado o porque soy demasiado viejo para saber arreglar lo que se va deteriorando.
       Con la ayuda de las bibliotecarias me lanzo a hacerlo desde la biblioteca pública. Veremos que tal va.
       Estoy desentrenado. Esta pequeña ciudad es tan agradable que uno cae en las redes de la molicie. Pasear es siempre un placer. Rara vez hace mal tiempo. La temperatura resulta casi siempre grata. Las gentes son acogedoras, cordiales sin excesos, dispuestas a ayudar si se les pide. Los servicios públicos tanto municipales como privados funcionan. Y aunque hay muchos guiris se confunden con los demás. Supongo que es fácil no sentirse extraño.
       Lo malo es que tengo la sensación de vivir fuera de la realidad. Veo la TV como si estuviera en otro país. Se me remueve la mala conciencia pequeño burguesa sintiéndome un privilegiado. Pero me aguanto. 
       El teléfono me permite echarle un ojo a lo que me cuentan mis amigos. Todo sigue igual. Los mismos perros ladrando y mordiendo que es lo peor. Bueno, este paraíso se me acaba la semana que viene. Regreso a Madrid. 
      Gracias a todos los que me habéis seguido mandando información al día.  Espero ser un poco menos inconstante allí.


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