Lo peor no es esa atmósfera exterior que mal que bien se supera con la esperanza del tiempo que vendrá. ¿Y ese otro frío interior, moral diría, que nos va penetrando? Noticia tras noticia el ánimo va cayendo. Corrupción, incapacidad, desvergüenza, estupidez. ¿Qué nos queda?
A veces pienso que es una campaña orquestada para desilusionar a los que piensan todavía. Todo parece preparado para la gran charada. ¿Qué se cuece?
Por que nadie mueve pieza. Se dice, se habla, alguna cosa suelta... Y poco a poco la desesperanza nos va corroyendo. ¿Es eso?
¡Abandonad toda esperanza! Era el letrero a la puerta de los infiernos según el Dante.
¡Ya! ¡Aún estamos vivos!
¿A quien sirve toda esta parafernalia?
¿Con que ánimo iremos a las urnas para elegir representantes en Europa? ¿Por qué quieren que no nos hagamos ilusiones? Ellos votaran por dogma. Así cuanto menos voten de los otros...
Ya dio resultado en las pasadas. La abstención de los no feligreses produjo esto de ahora. ¿Un aborto? ¿Habrá alguna relación y por eso el no incluir las malformaciones?
¡Demasiado! Pero hay que impedir que se salgan con la suya. ¡Otra vez no, por favor!
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