¿DEMASIADO VIEJO?

        Estos días me encuentro poco charlatán, cosa nada habitual en mí. Y gasto más tiempo en observar a mi alrededor. Miro, escucho, relaciono. Y me pongo de mal humor.
       ¿Razón? Pienso que quizá me estoy haciendo viejo y gruñón, que con la edad se me agría el carácter y veo mal donde no lo hay.
        Paseo por la Gran Vía de mi pueblo. Es peatonal y está llena de bares y cafeterías con terraza. Hay gentes consumiendo lo que sea a todas horas. Mi mal genio me hace pensar en eso tan manido de: ¿Donde está la crisis? Seguro que todos tienen razones de peso para estar allí, además de que favorecen el comercio y todo eso. ¿No os he dicho que estoy viejo?
       Pongo la TV. escucho las noticias en varios canales, uno tras otro, para enterarme de los matices. Y como estoy viejo me enfado.
       Tengo la impresión de que nos informan de lo que les apetece al margen de si estamos interesados o no.
       Nuestros políticos se me aparecen como unos manipuladores, que en el mejor de los casos saben hablar correctamente para mejor engañar al personal. ¿Os dais cuenta de lo viejo que estoy?
       Paseo  por la calle y veo multitud de jóvenes de uno y otro sexo, más o menos hermosos, más o menos vestidos. Y como estoy tan viejo me irritan los tatuajes tribales con que se adornan, los agujeros con que se taladran las carnes en los lugares más insospechados, los bañadores con que visten en plena calle.
       No se diga lo que manifiesta mi senectud el horror ante ese lenguaje soez con que nos deleitan por todas partes. En el cine, en la TV. en la radio. El "taco", la "palabrota" me saca de quicio. Y se oye de continuo hasta en las mejores familias y en los ámbitos más refinados.
      Os lo dije: Con la edad se me está agriando el carácter y me irrita cualquier nadería.