miércoles, 4 de septiembre de 2013

QUE MAL LO HICIMOS

Realmente mal. Cultivamos la mediocridad, la fuimos elevando poco a poco de categoría. Al final se quedó en el centro del altar: diosa absoluta.
Y lo peor no es lo que tenemos sino lo que les hemos dejado a nuestros nietos. Un oscuro pasillo con luces de neón para que avancen ¡Vaya usted a saber hacia donde!
Lo peor de los cuarenta años en que mandó el sujeto, no fue lo que pasamos, sino el veneno que nos fue calando. La devoción a la riqueza, al éxito, al triunfo. Pero en verdad era un camino abierto hacia la m...ediocridad.
Y ahora los hemos montado ahí arriba. En el congreso, en el senado, en el gobierno, en la cúpula del estado.
¡Miradlos bien! Despacio. No se van a escapar, no les conviene. Ninguno tiene nada que lo haga respetable. Proceden todos de donde toda la vida. Son los hijos de los hijos de los hijos. Y los montamos nosotros en el sillón. Nos dió miedo comprometernos. Como mediocres elegimos a los mediocres. No podemos quejarnos, dicen.
El esplendor de las viejas glorias se mantiene mediante andamios que ni siquiera ocultan. ¿Para qué? 
Lo peor es que nos convencen. Les votamos. Fuimos nosotros, el Pueblo Soberano. Eso nos han hecho creer. 
--Ahí esta la Constitución. Se hizo por consenso. 
Y uno se acuerda de aquellos contubernios tan del gusto de la prensa del régimen. 
Esto si que fue un contubernio. La famosa transición. Pactada como algo provisional, para evitar la violencia, decían
.--Es un bodrio pero no hay otra solución.
Y dejamos que se enquistara. 
Sin separación de poderes. Con un jefe del estado por herencia ¿divina?. Con elecciones mediante listas cerradas. Y una ley electoral que se sacaron de la manga. Etc., etc.
¿Como no va a haber corrupción si todo está preparado para favorecerla? A los de arriba siempre les gusto el ¡Trágala¡ para los de abajo. 
Y aquí estamos. Tragando. ¿Hasta? 

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